LA VIRGEN DEL PATROCINIO ES PATRONA Y PROTECTORA DE LA VILLA DE MILAGRO, EN LA RIBERA DE NAVARRA. AVE MARÍA PURÍSIMA.
PRÓLOGO


A la conclusión de una prolongada colina que divide las hermosas y fertilísimas vegas de Funes y Villafranca, por un lado bañada está por los ríos Arga y Aragón unidos; y del otro, la de Azagra y Rincón de Soto, fertilizada por el Ebro, está situado el pueblo de Milagro, importante villa de Navarra, más que por su situación topográfica; su población de 1900 habitantes; su extensa campiña cuyo total mide en números redondos unas 30.000 robadas ó 2.700 hectáreas; su fauna y flora, habiendo adquirido justa fama el sabroso fruto de sus cerezos; más que por la historia, nobleza e hidalguía de sus habitantes; por el glorioso blasón que ostenta su Virgen del Patrocinio, que asentada sobre una planicie un poco elevada en suntuosa y elegante ermita octogonal de una caprichosa y arrogante nave, con otra que le sirve de dosel y dos capillas adjuntas con su portalada hermosa, rematando el edificio doce torrecillas en elegante colocación, preside el magnífico puente de hierro de 214 metros de longitud, la rica, anchurosa y semicircular vega de excelente regadío y exuberantes sotos que le rodean, y es a manera de precioso broche que enlaza los caudalosos ríos antes mencionados, partiendo desde aquí ya el Ebro “varón”, como reza la copla, formando todo un hermosísimo conjunto.

Desde luego el pueblo milagrés ha consagrado siempre a su Virgen del Patrocinio todos sus pensamientos y cariños, eligiéndola por su Patrona y Abogada, tributándola honores sin cuento, y dedicándola anualmente en el día de su fiesta, 2º domingo de noviembre, solemnes cultos con Novena, Sermón y el Santo Sacrificio de la Misa. Y nada más justo y natural, siéndole deudores todos los habitantes de su fe, de su esperanza, de su caridad, de su libertad y de sus vidas y haciendas. De su fe, que la adquirieron y la conservan por su mediación, pues siendo la imagen de la Virgen de estilo gótico, y la obra de la iglesia parroquial y de la ermita del Renacimiento, es muy lógico suponer hubo una capilla primitiva dedicada a Nuestra Señora, donde sus antepasados cumplían los deberes religiosos. De su esperanza, como lo prueba el campo-santo antiguo adosado a los muros de la ermita y queriendo se lleven aún ahora, siguiendo una costumbre antiquísima, sus difuntos a los pies de la Virgen para recibir con los sufragios del Ritual la postrera bendición de su bondadosa mano. De su caridad, y por eso fueron, son y serán fieles soldados para pelear siempre bajo la bandera salvadora de su Hijo Jesucristo. Le deben su libertad, pues como punto estratégico han tenido que sufrir muchísimo en las luchas que han sostenido contra los enemigos de la fe y de la patria, haciendo siempre causa común con los españoles de pura sangre y raza; en efecto, el pueblo de Milagro tiene la forma de un triángulo, cuyo vértice lo forma la Iglesia Parroquial donde está el Rey de los Reyes en el camarín de su tabernáculo; los lados son las calles del pueblo que parece descienden en forma de guerrilla, siguiendo a su excelsa capitana la Virgen del Patrocinio que forma la base y lucha al frente en las avanzadas, siendo la coraza de defensa y el muro donde se estrellan los proyectiles todos del enemigo.


La Virgen del Patrocinio es la vida de sus vidas, pues su manto cariñoso les cobija en la niñez, les defiende en la juventud y les alienta en la vejez. Ella, juntamente con su patrono San Blas les ha librado de los múltiples peligros que ofrecía antes el antiquísimo puente de tablas extendido sobre barcas primero, y colocado después sobre pilas hechas de piquetes de madera, como constaba por el estribillo que a los dos lados de un machón estaba grabado en piedra y decía quizás por antífrasis: San Blas, patrón de esta villa / protege esta maravilla. Le son, en fin, deudores de sus haciendas, que las ha defendido muchas veces de la densa y negra nube que amagaba talar sus copiosísimos frutos. Por eso la Virgen del Patrocinio ha sido para el pueblo de Milagro el objeto de sus ideales, y el ideal de sus aspiraciones; por eso el pueblo de Milagro ha sido todo para su Patrona y Abogada, fomentando su devoción por medio de una cofradía que establecida en el año 49 del siglo pasado sigue aún floreciente, sin desmayar nunca sus individuos en la defensa del honor de su Madre Santísima; contribuyendo con el óbolo de su prodigalidad tanto a la edificación de la suntuosa ermita, a su restauración y embellecimiento según se hizo en suscripción numerosa el año 1905, como al esplendor del culto ordinario para sufragar, el cual he de hacer mención de una costumbre muy antigua que llama la atención por el modo y la forma en que se verifica, denominada El Cuto de la Virgen. Un individuo del pueblo (que suele ser el agraciado en la rifa del año anterior), avisa al Sr. Vicario que anuncie al pueblo que se va a dar suelta por las calles a un cuto o gorrino; en efecto, el cerdo, que sale con un collar o con la oreja cortada para que sea conocido por todos, recorre con toda libertad las calles del pueblo, desde junio a febrero, engordando que es un primor y hospedándose en la última casa donde le coge el crepúsculo vespertino, siendo objeto de las cariñosas atenciones, lo mismo de chiquillos que le pasan regocijados la mano por el lomo, que de los mayores y mujeres, que le regalan con sus mejores piensos, hasta el día en que el Sr. Párroco determina rifarlo, dando esto un buen ingreso que se dedica al culto de la Virgen.

Daré fin a este prólogo manifestando que todo cuanto se diga del acendrado cariño que el pueblo milagros profesa a su Virgen del Patrocinio y el amor con que Ella les distingue es solo pálido reflejo de la realidad; todas las mañanas después que la risueña aurora imprime su candoroso beso en las paredes de la ermita convirtiéndola en paisaje encantador, saludan a la Virgen con el Ave María todos los milagreses que al marchar a sus faenas agrícolas, tienen que pasar precisamente cabe sus plantas, recibiendo en cambio de Ella una bendición que les hace más sobrellevadero el trabajo del campo; sucediendo lo propio a la tarde cuando, de vuelta de sus faenas, repiten lo mismo y la Virgen del Patrocinio parece que con su manto enjuga el sudor de sus frentes llenando de consuelo sus corazones con el néctar suavísimo de sus dulzuras. Siendo esto la realidad, y habiéndome extrañado al venir a este pueblo que no hubiera impresa una Novena (solo existe en la parroquia una manuscrita, mal hecha y casi ininteligible, de la que he tomado lo mejor de sus gozos), que fuera como la síntesis de sus amores y el homenaje de su gratitud; pensé hacer una nueva, lo que acabo de realizar, adjuntándole este desaliñado prólogo que con todo el trabajito dedico a Nuestra Señora del Patrocinio; al Excmo. Sr. Obispo de la Diócesis de Pamplona, D. Fray José López Mendoza, a quien desde luego lo someto a su aprobación y bendición, y a mis feligreses, en prueba del amor que les profesa.

Eulogio Martínez
Ecónomo

Milagro, 1º de Enero de 1911

(Novena reeditada el 25 de marzo de 1994, festividad de la Anunciación, por José Manuel Navarro Arasti)