LA VIRGEN DEL PATROCINIO ES PATRONA Y PROTECTORA DE LA VILLA DE MILAGRO, EN LA RIBERA DE NAVARRA. AVE MARÍA PURÍSIMA.

8º DÍA

MEDITACIÓN

Ora pro nobis peccatoribus
Ruega por nosotros pecadores

Si útil y santa es la invocación que hacemos a los Santos para que nos alcancen las divinas gracias, utilísima por lo tanto será la invocación que con el mismo fin hagamos a la Reina de los Santos, María Santísima; y tanto más valiosa será su intercesión con Jesucristo, cuando es más poderosa y eficaz la súplica de una madre que la de un amigo: y ¿quien ignora que el honor que se da a las madres redunda en gloria de los hijos, o como afirma San Ildefonso, que todo el honor que se hace a María, Madre y Reina, se hace al Hijo y al Rey?.

María es, además con Jesús, corredentora del género humano, cooperatriz de nuestra redención; así convenía que lo fuera, ya que un hombre y una mujer, Adán y Eva, cooperaron a nuestra ruina; y aunque Jesucristo solo, fue suficientísimo para redimirnos, era más conforme -dice San Bernardo- que en nuestra reparación interviniese uno y otro sexo, habiendo ambos concurrido en nuestra perdición.

Según esto, ¿quién duda que esta misión corredentora de María no acabó en el Calvario, sino que la continúa hasta la consumación de los siglos, aplicando a nuestras dolencias el bálsamo consolador de los méritos de su Rey?.
Pero hay más, la intercesión de María es no solo utilísima, sino que en sentir de muchos teólogos, nos es moralmente necesaria para conseguir nuestra salvación.

Esta necesidad nace de la voluntad de Dios, que como dice San Bernardo, quiere que todas las gracias que se nos dispensen pasen por manos de María. Está patente esa voluntad, dice el P. Contensón, en las palabras que dio Jesucristo en la Cruz a San Juan: "ahí tienes a tu Madre"; como si dijera, nadie participará de mi sangre sino por intercesión de mi Madre; mis llagas son manantiales de gracias, pero no fluirán sus arroyos, sino por el conducto de María; tanto te amaré, Juan, cuanto tú ames a mi Madre. Así, si queremos en nuestra vida de milicia vencer en todas las luchas, Ella es la torre de David; si queremos subir al cielo, Ella es la escala mística de Jacob; y si queremos entrar en la celestial mansión, Ella es la puerta del cielo.

Por fin, este es el sentir de la Iglesia cuando al invocarla quiere que la llamemos, salud de los enfermos, refugio de los pecadores, auxilio de los cristianos, vida, esperanza nuestra.

El Corazón de Jesús es el arca que contiene los infinitos tesoros de la gracia, pero María es la despensera; Dios los da y María los aplica, siendo, pues, nosotros tan pobres, por nuestra condición de pecadores a Ella debemos dirigir nuestras plegarias y solicitudes, y no dudemos que las despachará favorablemente y arrancará por fin de su hijo el decreto de nuestra salvación eterna, sin con insistenia le decimos "ruega por nosotros pecadores".

Frontal del altar de la parroquia de Ntra. Sra. de los Abades (Milagro)


ORACIÓN FINAL

¡Oh, Virgen Santísima del Patrocinio!. Con este título glorioso que sintetiza a todos y es el primero que se desprende de vuestro maternal Corazón, os distingue este pueblo de Milagro que al cifrar en Vos su esperanza y sus amores, os tributa especialmente en esta Novena, el más sincero culto, porque sabe además que estás junto al trono del Altísimo, como dispensadora de las gracias que se conceden al género humano. Con toda confianza, pues, me acerco a Vos para suplicaros, que continuéis siendo siempre como hasta ahora nuestra Abogada y Protectora ante vuestro divino Hijo, quien nada sabrá negaros, a fin de que se me conceda el perdón de mis pecados, la perseverancia final y la gracia que éste vuestro hijo ingrato necesita para servir, amar y agradar a Dios y a Vos con fidelidad y constancia. Concededme al mismo tiempo la gracia particular que os pido en esta Novena, si ha de ser para mayor honra y gloria Vuestra y provecho de mi alma, por el mismo Señor Nuestro, Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.