LA VIRGEN DEL PATROCINIO ES PATRONA Y PROTECTORA DE LA VILLA DE MILAGRO, EN LA RIBERA DE NAVARRA. AVE MARÍA PURÍSIMA.
IMAGEN DE NUESTRA SEÑORA DEL PATROCINIO

Se trata de una talla de madera, policromada, de 81 centímetros de altura.

A pesar de todas las modificaciones que ha tenido a lo largo de los siglos, todo parece indicar que estamos ante una imagen construida en el siglo XIII, perteneciente a lo que se denomina “románico tardío”, es decir, a esa etapa de transición entre el románico y el gótico.

Es una Virgen sedente (sentada), que nos muestra al Niño sobre su rodilla izquierda. Lo sujeta a él con su mano izquierda, mientras que su antebrazo derecho está extendido hacia delante; en esa mano lleva actualmente un cetro.  Muestra en su rostro el hieratismo propio de toda imagen medieval; muy propio también de aquella época es la colocación de las túnicas y paños.
El Niño sujeta en su mano izquierda un pequeño libro, y con su mano derecha da la bendición (esta mano estuvo desaparecida mucho tiempo, y se reconstruyó siguiendo el estilo de la tipología de su época).

Las transformaciones que ha ido sufriendo esta imagen ha dado pie a que algunos estudiosos hayan creído que puede estar hecha en una época posterior, entre los siglos XIV y XV. Ayuda a esta creencia la falta de relieve de los pies de la Virgen, así como la forma, excesivamente elaborada, en que han sido trabajadas las dos cabezas.

En septiembre de 1946 se celebró en Pamplona el Congreso Eucarístico, y en el marco del mismo la Virgen del Sagrario (ubicada en la Catedral pamplonesa) fue consagrada como Santa María la Real. Aquella ceremonia, que fue reproducción de las coronaciones a las que eran sometidas antiguamente los reyes de Navarra, contó con la presencia de decenas de imágenes marianas de toda Navarra, entre ellas la de Nuestra Señora del Patrocinio, de Milagro. Este acontecimiento hizo que algunas vírgenes fuesen restauradas para la ocasión; es así como en agosto de 1946 la Virgen del Patrocinio fue trasladada a Madrid para someterla a una profunda restauración; era en ese momento una imagen muy deteriorada, la humedad había creado a lo largo de su superficie una extensa capa de salitre, y la policromía original de esta talla mariana prácticamente brillaba por su ausencia. A la Virgen se le recuperó la toca, o mantilla, que le cubre la cabeza hasta la altura de los hombros; así como su mano derecha, y la mano derecha del Niño; lógicamente se limpió todo el salitre, y se le devolvió el color que en otro tiempo tuvo. Estos trabajos de restauración, ordenados y supervisados por la Institución Príncipe de Viana, y dirigidos por el arquitecto don José Yárnoz Larrosa, costaron 2.100 pesetas. Aquella importante transformación hizo que muchos milagreses no reconocieran a su Virgen del Patrocinio.